La pérdida de competitividad y la caída del mercado de la construcción, causas de esta situación crítica
Nuria Zaragoza. Soria | La crisis se asomó hace ya un tiempo en el sector de la madera pero ha sido en los últimos meses cuando ha cogido asiento, llevándose buena parte de los beneficios que hasta ahora aportaba este segmento empresarial.
La pérdida de competitividad [en el exterior ya cuentan con la misma tecnología que aquí pero la mano de obra es infinitamente más barata, lo que hace que sus productos presenten prácticamente la misma calidad y diseño pero a menor precio], la caída del sector de la construcción, o el cambio en las tendencias sociales son algunos de los factores que justifican el descenso en las ventas. A estos datos hay que sumar además la crisis económica en la que está sumergido el país, que afecta a todos los sectores sin distinción pero en especial a la madera, un sector que depende en buena medida de otras actividades empresariales, donde la mano de obra se come buena parte de la pirámide de costes, y donde la caída de las economías domésticas está teniendo una incidencia directa. .
Todas estas cuestiones hacen temblar a un sector, el de la madera y el mueble, que en Soria ocupa a más de 2.500 personas que trabajan en las 250 empresas que, aproximadamente, hay en estos momentos en funcionamiento.
La situación de crisis pone en duda también la posibilidad de repetir volúmenes de negocio como las de hace apenas un cuatrienio. Según el informe presentado por la Confederación Española de Empresarios de la Madera (Confemadera), el sector supuso en 2005 un cifra de negocio de 256.000 millones de euros, 160.000 procedentes de la madera y casi 96.000 del mueble. A falta de cuatro meses para concluir el año, las previsiones no son nada halagüeñas, según aseguran las empresas y organismos vinculados con el sector. .
La situación descrita ha arrastrado unos efectos negativos en las industrias del segmento que se van multiplicando por momentos. Las ventas de productos vinculados a la madera (tanto de primera como de segunda transformación) se han mermado sustancialmente, provocando pérdidas que han llevado a algunas empresas incluso al cierre. Sólo en lo que va de año, tres empresas del sector han presentado Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) ante la imposibilidad de hacer frente a la totalidad de sus plantilla y una de ellas ha optado por la clausura definitiva.
En total, 57 trabajadores fijos del sector se han visto afectados de manera directa por estos expedientes. A este dato, hay que sumar además los trabajadores con otro tipo de contratos, como temporales, reducidos sustancialmente en los últimos tiempos.
Ante este panorama, el horizonte no se dibuja optimista, si bien las empresas, asociaciones y centros especializados como Cesefor (Centro de servicios y promoción forestal y de su industria de Castilla y León) trabajan desde hace ya un tiempo en la búsqueda de nuevas salidas y líneas de mercado que consigan desahogar las cuentas del sector.
La internacionalización (salida al exterior) de la madera y, sobre todo, del mueble soriano; apostar por la marca como seña de identidad; abrir nuevos canales de venta (como una plataforma web de comercio electrónico de mobiliario); o buscar nuevas opciones de mercado (amueblamiento de instalaciones, en el caso del mueble, o la madera para estructuras de construcción, en el caso de las empresas de primera transformación), son algunas de las opciones en las que ya se están moviendo las firmas del sector.
Focalizar en el consumidor final
El gerente del Cesefor, José Luis Alonso, admitió que todo el sector de la madera sufre una situación incómoda, si bien diferenció entre las industrias de primera transformación y el sector del mueble a la hora de hablar de situación crítica.
"En los aserraderos hay dos motivos por los que, aunque ha habido descenso, no se ha notado tanto: el efecto del mercado ruso, con el cierre de fronteras que ha hecho subir el precio de las maderas nórdicas haciendo las nuestras más competitivas, y la construcción con madera estructural, una opción que en España está poco desarrollada pero que tiene bastantes posibilidades", explicó Alonso.
En cambio, la situación del mueble es peor, consideró, ya que "es un sector en crisis desde hace ya algunos años". "En este caso, lo que sucede no está basado únicamente en el bajón de la construcción, sino que es más el efecto de la globalización de los mercados", señaló el responsable de Cesefor.
Las importaciones se comen el pastel
"El mercado del mueble ha crecido, pero ha crecido en las importaciones", advirtió, justificando este hecho en que "si en un mismo punto de venta está el producto de aquí y el producto de fuera, de una calidad que se acerca mucho a la nuestra pero que de un precio mucho más bajo, el cliente se va al de fuera, como es evidente. Eso se traduce en una pérdida de cuota de mercado de nuestras empresas", concluyó.
"En el exterior, el coste de producción es mucho inferior al nuestro porque la mano de obra es mucho más barata que aquí . Sin embargo, cuentan conL la misma maquinaria que nosotros, ya que técnicos de aquí se la han llevado e instalado, lo que les permite ofrecer prácticamente nuestro producto. El diseño y en calidad no podemos competir, y en precio se nos comen el pastel, por lo que hay que buscar otras opciones", aconsejó Alonso.
Además, señaló, las firmas locales cometen el error de centrarse únicamente en la producción y olvidarse de la venta, que hoy en día puede ser su flotador. "Nuestras empresas acuden únicamente a la tienda de barrio, que ha caído y nos ha arrastrado. Ahora la gente va a comprar a las grandes superficies y a los supermercados; y ahí no estamos introducidos y, por tanto, no estamos vendiendo. Esto ha supuesto perder muchos clientes", concluyó.
Teniendo en cuenta estas cuestiones, el gerente de Cesefor apostó por "focalizar la visión de la empresa al consumidor final y no a la fabricación, ya que en eso no podemos competir".
En este cambio de mentalidad que el gerente propone "alejarse de aquellos puntos de venta donde la seña es el precio" y, sobre todo, plantea tres líneas de trabajo:"Apostar por la marca para que, en un mismo escaparate en igualdad de condiciones estéticas se nos distinga y busque; apostar por el binomio diseño-calidad, que también debe ir reflejado en la marca; y comercializar en otros canales ya que si el canal tradicional no es el más apetecible y no somos competitivos por precio en las grandes superficies, debemos buscar otras posibilidades". Entre éstas, desde el Cesefor se valora, y en ello se está trabajando, la posibilidad de crear una plataforma web de comercio electrónico de mobiliario, la implantación del sistema de franquicias, la posibilidad de ofrecer el producto a grandes distribuidoras, o la viabilidad de abrir un canal contract, un mercado emergente que permitiría la posibilidad de acceder al amueblamiento de instalaciones mayores (mucho más ambiciosas que el mercado del hogar) como hoteles a través de procesos de licitación.
La internacionalización, la única opción
La visión aportada por el gerente del Cesefor, un centro que aglutina en buena medida las inquietudes y el futuro del sector forestal, corresponde en su totalidad con la aportada por los responsables de la Asociación Soriana de Industrias de la Madera (ASIM), José Luis Lázaro, y la Asociación Soriana de Industrias Forestales (ASIF), Antonio González, entidades que aglutinan aproximadamente al 85% de las empresas del sector de la provincia.
"La situación del sector de la madera no es distinta de la del resto de situaciones sectoriales de España", consideró Lázaro, aludiendo a la atonía del mercado interior, el elevado coste de las materias primas y el frenazo "brusquísimo" que ha sufrido la construcción, con una caída sustancial de ventas que ha tenido unos efectos nefastos en las industrias subsidiarias (se construye menos y, por tanto, se necesita menos madera para los muebles pero, también, para las ventanas, puertas y demás elementos).
Ante este panorama, el presidente de ASIM anunció que "hasta que el mercado español se recupere, y para eso hace falta mucho tiempo, la única posibilidad que existe para recuperar niveles de actividad es la salida al exterior", destacó. "Debemos acoplarnos a la demanda interior, que seguramente nunca alcanzará las cuotas de 2005 ó 2006, y complementarla con las ventas en el exterior. La opción de futuro para por la internacionalización", concluyó.
Por su parte, el presidente de Asfoso (Asociación Forestal de Soria), Maximiliano del Río, marca una clara diferencia entre las empresas y considera que: "La madera que se vende del monte todavía no ha notado la crisis porque hay muchos factores que le están resultando positivos, como es el incremento del precio de las maderas de Suecia, que ha permitido dar más salida a la madera Pino Soria-Burgos. Pero las serrerías y el muebles, sí arrastran una grave crisis, que vien ya de hace dos o tres años, y están pasando un muy mal momento", concluye.
Textos e imágenes tomados del periódico online herladodesoria.es
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